Vanesa es alumna de un programa de terminalidad donde doy clases, destinado a mujeres en condiciones de vulnerabilidad. Hoy, en la pausa que hicimos entre Historia y Geografía (10, 15 minutos para respirar, para tomar un café, para despejar), me contó que está cansada de la villa.
“No es por mí, a mí en el barrio ya me conocen. ¿Sabe lo que pasa, profe? Yo en una época me porté muy mal. Entonces, los pibes, en el barrio, a mí ya me conocen.”
Empezó a contarme, rodete en alto, los dos solos en el aula, la polis espartana atrás mío, la lluvia sobre el techo.
“Yo estuve en cana, y cuando salí la seguí bardeando. Por eso, no es por mí sino por mi hija, ella tiene 15 años: se crió con mi mamá porque yo era un bardo.”
La sonrisa herida, pero sincera.
“Un día yo estaba drogada en una esquina, y la vi venir con dos compañeros. Me tuve que esconder de ella… ¡me dio una vergüenza!”
Dijo recordando desde lo racional, comprendiendo la escena que evocaba, midiendo cada cosa que estuvo fuera de lugar ese día trágico.
“Pero yo cambié cuando nació mi beba, ahora. Ella me cambió todo: en mi familia no pueden creer que yo esté acá estudiando, todo el esfuerzo que estoy haciendo, hice en este poco tiempo lo que ni yo creía que era capaz. Yo me siento mucho más contenta.”
“Yo hace ya dos años que me porto bien, profe, y es otra cosa… mucho más tranquilo.”
“Te felicito”, le dije con un nudo en la garganta, “Te felicito en serio”, le dije odiando la verbalidad tan chota, tan limitada, o tal vez odiándome por mi relativa ineptitud emocional.
“Gracias, profe, yo también me felicito.”
Me contestó mientras el cielo, en Lugano, se venía abajo.
Y arrancamos con Geografía.
Los que hablan de matar negros, los que sueltan fácil los “villeros de mierda”, los que ejecutan fugaces procesos de condena, ¿sabrán lo que es sentir la magia que yo sentí hoy, gracias a Vanesa?
¿Sabrán lo que se siente en el cuerpo cuando te desarmás, porque una mina que vivió en el infierno te cuenta sonriente su lucha, su lucha contra ella misma y contra el resto del mundo?
¿Sabrán?
Hermoso !!! bello como nada , cada persona que se puede recuperar , es un milagro o milogro por sulogro jajajjajajj Gracias por compartir tanta belleza .. el diamante siempre sale del carbón mas presionado …
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LA EDUCACIÓN ES PORTADORA DE CAMBIOS ES TRANSFORMADORA CUADO HUMANIZA AL HOMBRE Y LO PONE DE CARA ALOS OTROS!!CUANTO PAULO FREIRE TENEMOS QUE LEER!!!PARA DESMENUZAR TANTAS VANESAS QUE RONDAN LAS AULAS Y CUANTAS DEBIERAN ESTAR AHIII!!
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